Esa fría y lluviosa tarde acudió a nuestra cita, nuestro querido amigo Roberto Matamala que encantó con sus historia de Pedro Urdemales, también Ricardo Mendoza, nuestros hermanos de SORTILEGIO, nuestros queridos Alex Gallegos y Julio Henriquez.
Fue una hermosa tarde, helada, cierto, pero nosotros supimos darle calorcito hogareño con navegado, sopaipillas, pebre, piñones calientitos, tecitos y demases.
Compartimos con nuestros hijos e hijas, con nuestras familias, con los vecinos y los amigos y amigas, con nuestros hermanos y hermanas, nuestros compañeros de caminos y batallas, reafirmamos nuestros compromiso mutuo, más allá de cualquier problema, lo importante es el amor, sin amor nada crece, nada se contruye, nada perdura.
Reunamosnos nuevamente, en otra jornada del VIOLETA, por ahí en cualquier barrio, campamento, población o pueblo de nuestra región, con lluvia, con frio, con viento, no importa, por ahí andaremos LOS VIOLETA dejando nuestra huella, siguiendo el camino de la VIOLA...