domingo, 27 de abril de 2008

Jorge Teillier

El poeta Jorge Teillier nació en Lautaro, Chile, en 1935 y murió en 1996.

La poesía de Teillier descansa en principio en la tradición de la representación lárica (poesía del lar, del origen, de la frontera), aunque su obra trasciende el rótulo del arraigo lárico cuyos antecedentes se encuentran en Chile en Efraín Barquero y Rolando Cárdenas. Sus poemas arrancan del recuerdo ingenuo y la nostalgia con una cierta esperanza de asir el paraíso perdido, el cual paulatinamente se desintegra y se convierte en pura imagen soñada.
El poeta se inició en la escritura a los 12 años, bebiendo las aguas de los libros de aventura, Panait Istrati, Kunt Hamrun, Julio Verne y los cuentos de hadas. Posteriormente se alimenta de los poetas del modernismo hispanoamericano de Vicente Huidobro y de la tradición universal de Jorge Manrique, Rainer María Rilke y Francois Villon. Se le vincula también con Höderlin y Tralk. Para él, lo importante en la poesía no es lo estético, sino, la creación del mito y de un espacio o tiempo que trasciendan a lo cotidiano, utilizando lo cotidiano. El poeta no debe significar sino ser. Postula un tiempo de arraigo frente a la generación de los años 50, que postulaba el éxodo a las ciudades.
En su poesía existe el Sur mítico y lluvioso de Pablo Neruda, pero desrealizado por una creación verbal en donde los lugares de provincia se tiñen de referencias melancólicas y simbólicas que se hacen universales. El poeta aparece como el sobreviviente de un paraíso perdido, como testigo visionario de una época dorada de la humanidad que conserva a través de los tiempos el mito y la imagen esencial de las cosas: casa, tierra, árbol. Pero el recuerdo ingénuo e incorruptible que se recupera por medio de la memoria, se trasciende sólo momentáneamente y culmina con su paulatina desintegración. Como en Enrique Lihn y en Barquero, hay e su obra una voluntad rendida, en que el presente carece de toda intensidad y la visión de lo cotidiano es desoladora: persiste sólo lo estéril y lo deshabitado. Frente a ello se buscan las huellas perdidas, para acceder al lugar maravilloso de donde vinimos. A través del recuerdo, la realidad cotidiana se hace visible y se recupera. Pero ella solamente sobrevive en los lugares de hallazgo, constituido por los residuos del pasado y los espacios secretos y ocultos: el espacio encubre al tiempo.
De este modo, en Teillier hay dos momentos estéticos recurrentes que el poema recupera: el momento ingenuo de la infancia y el del recuerdo. La poesía de Teillier se encarna en la polaridad entre la felicidad del tiempo del origen recordado y el dolor de su desintegración. El sujeto de la poesía de Teillier es un desterrado que vive en la ciudad moderna y que fantasmalmente vuelve una y otra vez al espacio de la infancia, de la frontera, del límite, para reencontrarse con algo que ya no existe.
Frente a la tradición totalizadora de las vanguardias y los planteamientos rupturistas de la antipoesía Jorge Teillier convirtió de nuevo la poesía en experiencia vital ligada a una memoria poética que busca sus símbolos ancestrales y puros. Esa búsqueda primordial lo convirtió en uno de los poetas chilenos más originales de la actualidad.

En Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1995.

jueves, 24 de abril de 2008

CUANDO EN LA TARDE APAREZCO EN LOS ESPEJOS ó DIA DEL LIBRO

Siempre tendemos a realizar manifestaciones por aquello que nos mueve y espero sinceramente que hayan realizado alguna actibidad gratificante el día 22 de abril (día del libro).

Aquel día fue un día especial...




CUANDO EN LA TARDE APAREZCO EN LOS ESPEJOS
Cuando en la tarde aparezco en los espejos
Cuando yo y la tarde queríamos unirnos
Tristemente nos despedimos
Tristemente nos hablamos en el espejo que disuelve las imágenes
Quién soy entonces
Quizás por un momento
De verdad soy yo que me encuentro
Quién soy yo sino nadie
Alguien que quisiera pasarse los días y los días
Como un solo domingo
Mirando los últimos reflejos del sol en los vidrios
Mirando a un anciano que da de comer a las palomas
Y a los evangélicos que predican el fin del mundo
Cuando en la tarde no soy nadie
Entonces las cosas me reconocen
Soy de nuevo pequeño
Soy quien debiera ser
Y la niebla borra la cara de los relojes en los campanarios.


JORGE TEILLIER
De En el mudo corazón del bosque, 1997

miércoles, 16 de abril de 2008

El CHATARRA DE JORGE OJEDA

Jorge Ojeda Aguila fue de aquellas personas que jamás, a pesar del inexorable paso del tiempo y de la llegada de la muerte se alejara de aquellos que lo conocimos y quisimos. Llegó a mi casa cuando yo era pequeña y con su desbordante personalidad (aunada a la desbordante personalidad del elenco de la ilustre Compañía del Teatro Municipal de los años 80) llenaban nuestra humilde casa de la calidez de los poemas, cantos y muchas bromas que alegraban los corazones de quienes compartímos esas tardes de tertulias. Fue un hombre completo, que nos deleitaba con sus invitaciones a almorzar, citas en las cuales preparaba exquisitos platos, también tejía cosa que me llamaba mucho a atención. De niña alimentó mi apetito literario regalándome numerosos libros, tenía tiempo para hablar y paciencia para escuchar. Fue un hombre absolutamente creativo, propositivo e irónico. De el, no se conoce mucho, en el ambiente literario local no se le nombre, salvo una que otra vez por algún amigo que lo guarda en su memoria, me parece ingrata esa reacción a alguien que aportó tanto a la cultura local en tiempos difíciles, en los cuales lo que menos había era espacios de expresión y recursos para desarrollar la creatividad, como los fondos que existen hoy.
Ahora dejaré que el mismo Jorge se presente ante ustedes, los que lo conocieron y los que ahora lo conocerán...
"Nací en Valdivia, febrero de 1944. Casado y felizmente descasado. Infancia y adolescencia felices y terriblemente normales. Estudié Medicina Veterinaria hasta que no pude diferenciar entre el paciente y su médico (4º año)

He obtenido premios en concursos diversos, tanto en cuento, como en poesía, recibiendo diplomas (a veces convertibles en metálico) especialmente para Semanas Valdivianas. También me he deslizado en el concurso "PAULA" y el "Baldomero Lillo". No he ingresado al "Quién es quién en las letras chilenas" quizás porque las publicaciones de mis trabajos, repartidas en revistas, antologías y diarios de Colombia, Chile, Italia, Estados Unidos y Francia, no son aporte valedero a la literatura.

Reconozco que, además de la literatura, cohabito con el fútbol, con mi interrumpido fanatismo por las corridas de toros, los boleros, tangos, el boxeo. Y estoy absolutamente orgulloso de mis 9 (nueve) títulos de Campeón Nacional de Remo, casi tanto como de haber contribuido y participado en los nacimientos de la revista "Carta Mural" (Colombia) y del Taller Municipal de teatro (Valdivia). Cuando vea que la literatura me hace apretar las mandíbulas, olvidar a mis amigos, rechinar los dientes y desdeñar un trago de vino, espero ser consecuente y decir: no va más".

(Contraportada "CHATARRA", Siglo XV Artesanía Gráfica, 21 de julio 1982, Ilustración portada: grabado en linóleo, original de Ricardo Mendoza R).

Ahora los dejo deleitarse con la genialidad de nuestro querido y extrañado amigo Jorge Ojeda...

¿Crees justo
haberme obligado a aprender
los cuarenta y seis pasos básicos del tango
para después decir que el rock
te parece más autentico?

Estoy seleccionando mis peores versos
para publicarlos en edición de lujo
con prólogo escrito por algún amigo.
Rechazaré honores literarios
mientras Andrés Crovo siga siendo desconocido.
Partiré temprano al estadio para ver
si de una vez por todas
la Selección Chilena le gana a la mala suerte
(perderemos 1x0 con penal sobre la hora)
Volveré a casa diciendo cualquier cantidad de garabatos.
Por la noche trataré de escribir algo
verdaderamente sincero.
Me dormiré un poco triste por la derrota.
Mañana te diré que no me importa
que te hayas ido.

El poeta debe dominar
a la perfección
el arte de la defensa propia
(mal que mal
los críticos son especialistas
en asalto en despoblado)
fiel a esta certeza
y mientras recibo mi cinturón negro
me limito a escribir
lo que siento.

A Propósito de Educación


Si bien, nadie podría estar en desacuerdo que el sistema educacional chileno necesita una profunda reforma, no es menos cierto que ésta pasa por cuestiones que van más allá de aumentar horarios de clases o habilitar nuevos centros de estudios, obviamente necesarios, el punto central es el contenido de las materias y una modernización real de las metodologías. La educación es un problema de todos: profesores, alumnos, apoderados e incluso diversos organismos sociales. Es fundamental una discusión sin exclusiones ni prejuicios, una evaluación veraz, por ejemplo, de los programas de Historia, Filosofía y Castellano, conocimientos tan importantes en el desarrollo del pensamiento de nuestros futuros profesionales. En estas materias no puede estar ausente el tema de los Derechos Humanos y la Educación Cívica, pilares de una sociedad justa construida por mujeres y hombres justos.
Nuestra educación debe apuntar, en lo sustancial, a formar personas idóneas, para que nunca más en Chile existan médicos que torturen, empresarios explotadores o militares que se auto designen en el poder. En nuestra educación debe imperar una cultura de lo nuestro, donde se resalte el valor de la vida y la manutención de un medio ambiente sano para todos los habitantes del país. En este proceso es fundamental recuperar nuestra identidad como nación, hoy manipulada por los medios de comunicación, pues de ninguna manera somos los ingleses de Latinoamérica.
Queda mucho por hacer y discutir sobre el tema, y nadie puede quedar ausente de participar. Esto, el gobierno lo debe entender ahora, y llamar a un debate de nivel nacional sobre Educación y Cultura, donde impere el pluralismo y la democracia, más allá de las estructuras políticas y gubernamentales involucradas en la generación de leyes, Chile es mucho más que eso... Es todo un pueblo que tiene derecho a participar directamente en las decisiones que forjarán su futuro.

Alejandro Lavquen

El periodista y poeta Alejandro Lavquén (1959) Premio Municipal de Literatura (Santiago 2006) ha publicado en libros, plaquet, cuadernillos y revistas. Entre sus ediciones se encuentran: Canto a una década (1981), Atardeceres y alboradas (1994), La libertad de Perez (1996), Alegrías llenas de tristezas (1997), El hombre interior (1997), Postales para no olvidar (1998), Respirando (1999), Valparaiso (1999), Sacros iconoclastas (Mosquito Ediciones, 2004) y el CD de poemas Valparaíso (Sello Cantoral, 2003). Es colaborador del quincenario Punto Final y otros medios de comunicación, entre los que se cuentan El Clarín de Chile y en la página de Internet rebelion.org (España). Entre los años 2000 y 2005 condujo en radio Nuevo Mundo el programa literario De Puño y Letra. Sus poemas y trabajos periodísticos han sido reproducidos por revistas y periódicos, diarios electrónicos y páginas Web de Chile y el extranjero. Ha sido incluido en varias antologías.


Valparaiso Poemario: 20 poemas de Alejandro Lavquen con música de Nano Acevedo junto a las voces de Evelin Sandoval, Patricia Acosta y Daniela Pizarro.


PUERTO E.

Entre los recuerdos
que un día serán breves
versos en otro siglo,
amanecerá tu piel
junto al mar de Valparaí­so.
Caerá tu pelo sobre mi rostro
mientras un orgasmo
inunda mi embarcación,
anclada en el muelle
de tu carne.
Al anochecer,
nuestros labios,
diestros marineros,
darán la orden de zarpar.

jueves, 10 de abril de 2008

PICHANGA

le dábamos con todo:
con tarros/pelotas de nylon/papel o trapo
era la forma de acortar la tarde
todos corrían
i el rica gritaba:
¡el más hueón al arco!

la cancha siempre fue de tierra
el pasaje o el barro
jugábamos contra los árboles
el hambre o la noche.

a veces/ dormidos sobre el pasto
creímos pichanguear
bajo las estrellas.

ahora que cayeron unos cuantos
i los menos flameamos nuestros huesos
en este invierno
intentando atajar el odio
que como penales
dispara el tiempo.
pienso que la muerte
siempre rondó nuestro arco
aunque nadie levantó nunca

la bandera del out-side.

VICTOR GONZALEZ. Realizó sus estudios secundarios en el Liceo Industrial de Valdivia, Licenciado en Educación y Magister en Ciencias Sociales, sus poemas circulan en diferentes antologías y revistas de Chile, España y México. Algunas de ellas son "Rastros", "A pié de página", "Poemas del domingo 7", "Antología de poesía joven".