miércoles, 16 de abril de 2008

El CHATARRA DE JORGE OJEDA

Jorge Ojeda Aguila fue de aquellas personas que jamás, a pesar del inexorable paso del tiempo y de la llegada de la muerte se alejara de aquellos que lo conocimos y quisimos. Llegó a mi casa cuando yo era pequeña y con su desbordante personalidad (aunada a la desbordante personalidad del elenco de la ilustre Compañía del Teatro Municipal de los años 80) llenaban nuestra humilde casa de la calidez de los poemas, cantos y muchas bromas que alegraban los corazones de quienes compartímos esas tardes de tertulias. Fue un hombre completo, que nos deleitaba con sus invitaciones a almorzar, citas en las cuales preparaba exquisitos platos, también tejía cosa que me llamaba mucho a atención. De niña alimentó mi apetito literario regalándome numerosos libros, tenía tiempo para hablar y paciencia para escuchar. Fue un hombre absolutamente creativo, propositivo e irónico. De el, no se conoce mucho, en el ambiente literario local no se le nombre, salvo una que otra vez por algún amigo que lo guarda en su memoria, me parece ingrata esa reacción a alguien que aportó tanto a la cultura local en tiempos difíciles, en los cuales lo que menos había era espacios de expresión y recursos para desarrollar la creatividad, como los fondos que existen hoy.
Ahora dejaré que el mismo Jorge se presente ante ustedes, los que lo conocieron y los que ahora lo conocerán...
"Nací en Valdivia, febrero de 1944. Casado y felizmente descasado. Infancia y adolescencia felices y terriblemente normales. Estudié Medicina Veterinaria hasta que no pude diferenciar entre el paciente y su médico (4º año)

He obtenido premios en concursos diversos, tanto en cuento, como en poesía, recibiendo diplomas (a veces convertibles en metálico) especialmente para Semanas Valdivianas. También me he deslizado en el concurso "PAULA" y el "Baldomero Lillo". No he ingresado al "Quién es quién en las letras chilenas" quizás porque las publicaciones de mis trabajos, repartidas en revistas, antologías y diarios de Colombia, Chile, Italia, Estados Unidos y Francia, no son aporte valedero a la literatura.

Reconozco que, además de la literatura, cohabito con el fútbol, con mi interrumpido fanatismo por las corridas de toros, los boleros, tangos, el boxeo. Y estoy absolutamente orgulloso de mis 9 (nueve) títulos de Campeón Nacional de Remo, casi tanto como de haber contribuido y participado en los nacimientos de la revista "Carta Mural" (Colombia) y del Taller Municipal de teatro (Valdivia). Cuando vea que la literatura me hace apretar las mandíbulas, olvidar a mis amigos, rechinar los dientes y desdeñar un trago de vino, espero ser consecuente y decir: no va más".

(Contraportada "CHATARRA", Siglo XV Artesanía Gráfica, 21 de julio 1982, Ilustración portada: grabado en linóleo, original de Ricardo Mendoza R).

Ahora los dejo deleitarse con la genialidad de nuestro querido y extrañado amigo Jorge Ojeda...

¿Crees justo
haberme obligado a aprender
los cuarenta y seis pasos básicos del tango
para después decir que el rock
te parece más autentico?

Estoy seleccionando mis peores versos
para publicarlos en edición de lujo
con prólogo escrito por algún amigo.
Rechazaré honores literarios
mientras Andrés Crovo siga siendo desconocido.
Partiré temprano al estadio para ver
si de una vez por todas
la Selección Chilena le gana a la mala suerte
(perderemos 1x0 con penal sobre la hora)
Volveré a casa diciendo cualquier cantidad de garabatos.
Por la noche trataré de escribir algo
verdaderamente sincero.
Me dormiré un poco triste por la derrota.
Mañana te diré que no me importa
que te hayas ido.

El poeta debe dominar
a la perfección
el arte de la defensa propia
(mal que mal
los críticos son especialistas
en asalto en despoblado)
fiel a esta certeza
y mientras recibo mi cinturón negro
me limito a escribir
lo que siento.

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