lunes, 18 de febrero de 2008

PARA NO OLVIDAR


Parece mentira como pasa el tiempo... parece mentira que la muerte nos pueda arrebatar la gente que entrega tanto por su pueblo... parece mentira que alguien pueda por su propia mano borrar su existencia, parece mentira que lo pueda hacer porque no encuentra eco en su gente para alegrarle el espíritu. Eso pásó con Violeta Parra, la desesperanza pudo más que las décimas y centésimas, pudo más que la dulce melodía de su guitarra.
Ayer se cumplieron 41 años de su suicidio en la Carpa de la Reina, aquel lugar que se suponía sería un centro cultural popular en el cual se le enseñaría al pueblo todo aquello que ella aprendió. Nosotros como Centro Cultural realizamos un acto en su memoria ayer, un evento sencillo, en la medida de nuestras posibilidades, con lo poco que tenemos, con nuestras humildes guitarra cantamos sus canciones, le enseñamos a la gente su vida, su obra...
Pero, como la Violeta incomprendida también nos topamos con oportunidades truncas, solicitamos la Plaza, nos prestaron el Paseo Camilo Henriquez, para la obra de la Violeta no había espacio en la Plaza, no teníamos electricidad pero una buena señora nos dejó usar la suya, aquella gentil señora del quiosco, ella sabía que ayer se cumplía un año más de ausencia de la Viola y feliz compartió con nosotros, por otro lado los señores de traje y corbata del BancoEstado nos denunciaron por ruidos molestos ¿ruidos? ¿desde cuanto las canciones de Violeta son ruidos? para los que manejan la plata lo son, parece que el dinero les atrofia los oídos, pero teníamos autorización y allí nos quedamos hasta las 14.00 hrs. cantando... hasta los niños rindieron su homenaje y un solitario acordeón, el acordeón de la Cata de 9 años cerraba nuestro agradecimiento a su memoria entonando "Que pena siente el alma", que pena tenía Violeta, que pena sentimos nosotros, ¡que alegría hubiera sido celebrarle sus 91 años!, pero no se pudo, así que nos tocaba hacer lo que sabemos, trasmitir su mensaje y alegrar los corazones de la gente con sus canciones, espero, para los que nos oyeron ayer, para los que se acordaron, que el recuerdo de la Violeta, su creación sea fuente de inspiración, ya que gente como ella no nace todos los días y es nuestra misión hacer que su legado perdure y se transmita.
Gracias a los que se detuvieron a escuchar, gracias a los que aportaron con su tiempo para ayudar a realizar el acto, pero especiales gracias a la Violeta, en el lugar que esté por todo ese maravilloso mundo musical, de acordes, de bordados, de palabras entrelazadas...
Un abrazo para todos--
Eugenia Fernández
Presidenta
CENTRO CULTURAL VIOLETA PARRA

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